sábado, 23 de diciembre de 2006

Un Cuento chino.



" Una alta montaña impedía con su sombra que una aldea, construida a sus pies, recibiera los rayos solares. Los niños crecían raquíticos. Una mañana los aldeanos vieron al mas anciano marchar por la calle, con una cuchara de porcelana en las manos.

-¿A donde vas?- Le preguntaron.

-Voy a la montaña-contestó.

-¿Para que?

-Para quitarla de allí.

-¿Con que?

-Con esta cuchara -los aldeanos estallaron en carcajadas.

-¡Nunca podrás!

El anciano respondió:

-Ya lo sé: nunca podré. Pero alguien tiene que comenzar"

Fragmento de La Danza de la realidad. Alejandro Jodorowsky.

Me llama la atención que el individuo que tiene ideales sea el mas vetusto de los pobladores. Eso quiere decir, que a pesar de a haber sido rodeado siempre por personas con una desidia mas grande que su mente, con gente que jamás emprende nada, con individuos que no tienen utopías porque el solo hecho de imaginarlas les resulta quimérico, su idealismo no se ve podrido, no se ve mermado ni si quiera un ápice.

Pero este hecho debe ser realizado por los jóvenes, por individuos como cualquiera de nosotros, que viven en un sistema en donde el eje central es el consumismo y donde la idea mas elaborada es un programa de televisión.

Debemos estar ahí, con nuestra cuchara en la mano, queriendo remover toneladas de perezas e injusticias. Debemos soñar y concretar todo aquello que logramos maquinar en alguna etapa de nuestras vidas, aunque sea un juego de niños, aunque sea un capricho de adolescente, o un problema de adulto.

Debemos querer.

Sigamos el ejemplo del abuelo, y aunque nadie nos tome en cuenta durante épocas, que jamas se vea anquilosada esta virtud y traspasemosla sin problemas a nuestros hijos, nietos,.....etc, al final de nuestros días.

De esta manera construimos juntos un pueblo soñador.

viernes, 8 de diciembre de 2006

Aun debemos creer en los sueños



"Es mejor callar si lo que se va a decir no es más bello que el silencio".

Así, tal cual, y de ninguna otra forma mas, me encantaría darle el punta pié inicial a este blog que debe emprender un vuelo difícil entre miles y miles de espacios que sirven para desahogos personales.

Pues bien, este espacio no pretende ser un espejo del administrador, ni mucho menos un pañuelo de consuelo, si no que busca humildemente dar alternativas a los lectores para que exista un desarrollo socio-cultural en conjunto.

La frase de Rivera de Letelier, inicialmente planteada, invita a todos a que realmente pensemos y ordenemos nuestros pensamientos antes de abrir los labios para decir cualquier estupidez, o criticar por criticar sin tener ningún tipo de asidero. Es una frase que encaja en la infancia, en la juventud y en la madurez de un individuo, incitándolo a a ser tolerante, tranquilo y con ganas de evolucionar.

El silencio como tal no existe, podríamos decir que el murmullo de la naturaleza lo representa en parte, entonces espero que nuestras opiniones sean el cantar de un pájaro o el susurro simple de un árbol expuesto a una brisa, para que así plasmemos un cuadro en donde el autor somos todos nosotros.

Para terminar, sin dudas recomiendo a H. Rivera Letelier, autor chileno de grandes novelas, en las cuales cuenta nuestra historia, con una perspectiva simple y desde la mirada de los excluidos.(en mi opinión su mejor libros es Santa María de las Flores Negras).

Me despido queriendo agradecer el tiempo empleado por leer a este miserable estudiante que busca compartir ideas.

HAJ!